domingo, 1 de abril de 2012

Bugs Bunny: Rabbit Rampage

Bugs Bunny: Rabbit Rampage, o simplemente Rabbit Rampage, es un juego programado por Viacom New Media y publicado y distribuido por Sunsoft para Super Nintendo en 1993, llegando la mercado europeo en mayo de 1994. Se trata de un plataformas protagonizado por el popular conejo Bugs Bunny.



En el juego manejaremos al personaje de animación a través de fases variadas, la mayoría de las cuales está basada en cortometrajes clásicos de los Looney Tunes. Bugs posee una serie de movimientos básicos, que van desde caminar y dar patadas hasta dar saltos. Los enemigos que nos salgan al encuentro serán criaturas típicas de los dibujos animados y los jefes finales son villanos típicos de los Looney Tunes como Elmer, Yosemite Sam, el coyote o el demonio de Tasmania. La forma de acabar con estos jefes es la misma en que acababan en sus respectivas películas de animación.



El apartado técnico es muy bueno. Es una delicia visual. el gráfico de Bugs Bunny, así como de los enemigos y jefes finales, están muy bien realizados, y las animaciones del conejo son geniales. Además, el scroll es suavísimo y los escenarios de cada fase son muy variados y de gran calidad, cargados de detalles. Las melodías están extraídas directamente de las diferentes películas de los Looney Tunes, tienen ritmo, son divertidas y suenan muy bien. Los efectos de sonido cuentan con unas digitalizaciones más que correctas. Además, los sonidos son contundentes y están muy bien plasmados.



Donde cojea un poco el título es en la jugabilidad. Aunque es sencillo realizar las acciones del conejo y el juego es muy divertido, es algo complicado de controlar y presenta una dificultad muy elevada. Eso sí, la respuesta a las órdenes al pad es la adecuada.



Tiene un total de 10 fases largas y variadas. Para ayudarnos disponemos de ciertos items que podemos ir encontrando a lo largo de los niveles y que podemos utilizar en cualquier momento. Uno de ellos nos permitirá empezar desde ese lugar del nivel cuando perdamos una vida. También podemos disfrazarnos de diferentes formas para engañar a los jefes finales, como de chica para enamorar a l Demonio de Tasmania. La variedad de situaciones es de lo más amplia, y tanto nos podemos convertir en una rana cantora por culpa de un hechizo a ser miniaturizados por un rayo espacial.



En resumen, u excelente juego que hubiera sido una obra maestra si el manejo de Bugs Bunny no fuera tan complicado. Muy recomendable.


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