martes, 1 de abril de 2014

Warcraft II: Tides of Darkness (PC)

Warcraft II: Tides of Darkness es un juego programado, publicado y distribuido por Blizzard Entertainment para PC en 1995, siendo portando más tarde a Playstation y Sega Saturn de la mano de Climax. La versión original para PC llegó al mercado europeo en 1996 en forma de la secuela del gran Warcraft, por lo que nos encontramos ante un excelente juego de estrategia en tiempo real ambientado en un mundo de fantasía y que además mejora en todo a su primera parte.



Como ya sucedía en la primera parte, podemos escoger entre dos bandos básicos, que son el de los humanos y el de los orcos. El objetivo de cada uno de estos dos bandos será acabar con el contrario en cada uno de los niveles que forman el juego. También cuentan con unidades diferenciadas de diferente fuerza, siendo en general los orcos los que tienen miembros más poderosos. En los primeros niveles la cosa será más sencilla, limitándonos a construir un campamento de cero, pero completamente básico, que más bien es una introducción a lo que nos espera más tarde. Es pues un juego  en el que además de usar una estrategia para diezmar a las fuerzas enemigas, también la tenemos que emplear para construir los diferentes edificios y estructuras que cumplirán cada uno su misión. Por ejemplo tenemos las barracas que nos sirven para crear unidades básicas de combate y otros edificios para construir elementos más poderosos como guerreros más fuertes, y también estarán otras unidades dedicadas a recoger recursos con los que construir otras cosas. La gran novedad del juego, y que para mí influye muchísimo en la jugabilidad, es que se podemos escoger a varias unidades al mismo tiempo (en la primera parte los había que elegir uno por uno, lo que era un coñazo). Normalmente una misión consiste en recoger recursos, construir edificios y unidades y destruir al enemigo, pero también habrá otras misiones en las que por ejemplo tenemos que rescatar a un personaje o un campamento o escoltar a alguien importante por el territorio enemigo. También contamos con un editor de mapas para crear mapeados con los que jugar en el multijugador.



El apartado técnico está muy bien. Se nos presenta la típica vista cenital de este tipo de juegos, y con ella observamos unidades propias y enemigos muy reconocibles y con diseños atractivos, además de edificios bien diseñados y realizados, ubicados todos ellos en unos escenarios variados, detallados y muy bien ambientados. Posee además una banda sonora llena de melodías épicas y de muy buena calidad tanto compositiva como auditiva, digna de cualquier película de fantasía medieval, unida a unos muy buenos efectos de sonido, variados y de muy buena calidad, destacando entre todos las voces.



Entrando ya en el espinoso tema de la jugabilidad, hay que decir que la mecánica y el control del juego es de lo más sencillo que hay, gracias al control intuitivo con el ratón, y además hacer todas las funciones y manejar los menús disponibles es muy fácil, a lo que hay que añadir una muy buena respuesta al teclado y al ratón. Tiene además una extensión bastante interesante, consistente en cuatro actos diferentes para cada una de las dos campañas (la humana y la de los orcos), con una dificultad progresiva, siendo los últimos niveles complicadetes.



Resumiendo, una secuela de Warcraft para PC que mejora a su primera parte en todo, conformando un auténtico clásico del género y uno de mis preferidos en cuanto a juegos de estrategia. Obra maestra.


6 comentarios:

  1. Nunca me ha entusiasmado el género, pero resultan ineludibles las virtudes que atesora este juego.

    ResponderEliminar
  2. Ostras, ya ni lo recordaba, increible la de horas que le he dado a este juego. Eso sí, no pude pasármelo, pero si disfrutarlo mucho.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aunque el primero sí que lo completé, he de reconocer que yo tampoco acabé esta secuela.

      Eliminar
  3. Yo si le acabé pero me costó!!. No me entusiasman los juegos de estrategia pero éste y los Theme (hospital, park etc) si que me parecen joyas.

    ResponderEliminar